El frigorífico, la lavadora, el lavavajillas... Tras la compra del hogar y el coche, la inversión en estos aparatos suele ser la siguiente de mayor importe. Por ello, a la hora de elegirlos es importante que tengas en cuenta determinados factores. Y justo esto es lo que vamos a contarte aquí.
No obstante, y como conclusión adelantada de este artículo te aconsejamos la compra de los electrodomésticos Indesit.
¿Lo necesitamos?
Por supuesto, estos electrodomésticos son a menudo muy útiles, y en otros casos necesarios. Pero una vez que tienes uno tiendes a usarlo mucho sin hacer demasiadas preguntas, y esto aumenta el consumo de energía. Así que antes de elegirlo conviene tener en cuenta:
Un frigorífico es (casi) indispensable. Pero ¿tiene sentido tener un congelador separado? Si a menudo preparas comidas por adelantado o sois una familia numerosa esto puede ser interesante, pero si no…
Mientras que el frigorífico o la lavadora es útil y eficiente, la secadora es una devoradora de energía. Utiliza dos o tres veces más energía que la lavadora. Sin embargo, ¿Puedes dejar tu ropa para que se seque al aire libre? ¿Es estrictamente necesario su uso siempre?
Si, efectivamente, los electrodomésticos son necesarios, pero es importante que valores adecuadamente su elección.
¿Es necesario reemplazar el electrodoméstico que ya tienes?
¿Un electrodoméstico estropeado? Antes de comprar uno nuevo valora si su reparación es factible, y si esta no es excesivamente costosa. Acuérdate de si está o no en garantía, y valora también su antigüedad.
Los grandes electrodomésticos se benefician de mejoras técnicas que los hacen mucho más eficientes en cuanto a energía y agua. Algunos aparatos nuevos consumen dos o tres veces menos energía que los de hace 20 años.
Es más, de hecho, el ahorro de energía que permite un nuevo electrodoméstico compensa la energía necesaria para su fabricación, de ahí que su recambio suela ser aconsejable. Un ejemplo: si un nuevo frigorífico ahorra 150 kWh/año en comparación con uno antiguo, el beneficio en 10 años es de 1500 kWh, mucho más de lo que conlleva su producción.
No basta con elegir un electrodoméstico de clase A+++ para ahorrar dinero. Lo primero que debemos de mirar es que el aparato debe tener el tamaño correcto para las necesidades de la familia.
Por ejemplo, una lavadora de gran capacidad (9 kg) utiliza menos energía y agua por kilo de ropa que una unidad más pequeña (6 kg). Pero en general su consumo sigue siendo mayor. Asíque, si decides comprar una lavadora grande, asegúrate de que esté llena.
Lo mismo se aplica al lavavajillas: si compras una máquina grande (de 15 cubiertos) y se vive con sólo tres personas se tardará mucho tiempo en llenarlo. Tendrás entonces la tendencia a dejarlo medio lleno, lo que utilizará proporcionalmente más agua y electricidad que si estuviera completo.
Y sí, la etiqueta energética o su clase A+++ también importa.
La etiqueta energética permite comparar el consumo de los aparatos para hacer una mejor elección.
Esta se mide por una escala, la cual va desde la A+++ a D, siendo la primera la más eficiente. No obstante, después de A+++ encontramos la A++, A+ y luego las demás letras hasta la D.
Otra información como el consumo de agua (en litros por año) para lavadoras y lavavajillas o los niveles de ruido (interesante si se quiere usar el aparato por la noche, por ejemplo) también debe de venir en dicha etiqueta para informar a los compradores.
De hecho, la etiqueta energética es obligatoria para los grandes electrodomésticos (frigoríficos, congeladores, lavadoras, secadoras o lavavajillas) e incluso para otros de menor tamaño.
¿Fabricantes que deliberadamente diseñan máquinas para que fallen más rápido o se vuelvan obsoletas antes? Esto se conoce como obsolescencia programada y las lavadoras están entre los aparatos más sospechosos detrás de los teléfonos inteligentes y los televisores. Pero esto es algo que nunca lograremos saber cómo usuarios. Es más, en ocasiones que un electrodoméstico deje de funcionar tiene más que ver con su uso o con la calidad de sus piezas y no con un diseño pensado para dejar de funcionar en un momento determinado.
Pero todo esto tiene una solución: la garantía y sus ampliaciones.
Los aparatos tienen una garantía estándar de 2 años. Si se produce una avería durante este período, el aparato puede repararse gratuitamente. Sin embargo, después de esos dos años si se produce una avería el coste de reparación puede ser prohibitivo.
Debido a esto, en muchas ocasiones los fabricantes ofrecen una garantía extendida de 5 años, y aunque esto encarezca el producto es una práctica recomendada y que cada vez más, más compradores lo realizan.
Aquí están los puntos claves que hay que revisar al elegir un electrodoméstico.
Frigorífico y/o congelador
Cuando compre un frigorífico, un congelador o una combinación de ambos compruebe:
Todos estos elementos están incluidos en la etiqueta energética, que es obligatoria en todos los nuevos aparatos.
Lavadora
Antes de elegir una lavadora deberías echar un vistazo a:
Toda esta información está igualmente en la etiqueta de energía.
Lavavajillas
Los lavavajillas están disponibles en versión independiente o integrada. Si se pueden integrar, se pueden revestir con paneles que coincidan con los armarios de la cocina, dando una sensación de mayor espacio en esta.
Aparte de esta elección estética debemos de valorar:
De igual manera esta información se resume en la etiqueta energética.
Secadora
Las secadoras convencionales (aire de escape o condensación) consumen mucha electricidad: unos 500 kWh/año en un uso medio.
Si una secadora es esencial y se utiliza varias veces a la semana, te aconsejamos que sea de máxima eficiencia energética (A+++). Este suele ser el caso de las secadoras con bomba de calor.
Tanto si es un electrodoméstico nuevo o usado la forma en que lo uses tendrá un gran impacto en su coste y eficiencia. Si se lava a menudo a 60 o 90°C, el consumo será enorme, incluso si se trata de una lavadora "económica".